‌‌¿Qué son los ácidos grasos omega 3?

Los ácidos grasos omega 3 pueden encontrarse en los pescados y otros alimentos saludables. Además de ser útiles para aquellas personas con artritis, con nivel alto de triglicéridos y presión arterial, muchos creen que los ácidos grasos omega 3 también podrían ser beneficiosos en la prevención de las enfermedades cardíacas. 

Los ácidos grasos están compuestos principalmente de DHA, EPA y ALA.

‌‌¿La deficiencia de omega 3 es común?

90 % de los estadounidenses y muchas otras personas en todo el mundo no cumplen con la recomendación de la Asociación Estadounidense del Corazón de porciones de 3.5 onzas (100 gramos/porción) a la semana de pescados con bajo contenido de mercurio. Una dieta bien balanceada es una gran manera de ayudar a garantizar que se consuman cantidades adecuadas de ácidos grasos esenciales y otras vitaminas y minerales.

‌‌‌‌¿Cuáles son las fuentes alimenticias de los omega 3?

Los ácidos grasos pueden encontrarse en una variedad de fuentes alimenticias. Esto incluye a los siguientes pescados: anchoas, hipogloso, ostras, caviar, caballa, bacalao y salmón. Consumir dos porciones de pescado cada semana brindará cerca de 1750 mg de EPA/DHA. Los ácidos grasos también se encuentran en nueces de Castillasemillas de calabazasemillas de chíasemillas de linazasemillas de cáñamomantequilla de nueces y soja.

‌‌‌‌¿Qué muestran las últimas investigaciones acerca de los omega 3 y las enfermedades cardíacas?

Las enfermedades cardíacas matan a millones de personas en todo el mundo. La medicina moderna se enfoca en reducir los factores de riesgo como la presión arterial alta, el colesterol y la diabetes, con la esperanza de disminuir las complicaciones de las enfermedades cardíacas. Los ácidos grasos omega 3 también podrían ayudar a mantener saludable el corazón de las personas.

Un estudio del año 2013 publicado en la revista Annals of Internal Medicine estudió a 2692 varones adultos estadounidenses entre los 69 y 79 años sin historial de enfermedades cardíacas, apoplejías o insuficiencia cardíaca congestiva. A los hombres se les midieron los niveles de ácidos grasos en la sangre en 1992. Y se les hizo un seguimiento hasta el 2008. Los investigadores mostraron que aquellas personas con niveles altos de EPA y DHA tenían un 17 por ciento y 23 por ciento menos de probabilidad de morir. Los investigadores llegaron a la conclusión de que los niveles altos en sangre del total de 3 niveles de ácidos grasos poliinsaturados estaban asociados con un menor riesgo de muerte a causa de una enfermedad cardiovascular.

En un estudio del año 2012 realizado en personas que habían sufrido un ataque cardíaco, los investigadores llegaron a la conclusión de que aquellos que consumían ácidos grasos omega 3 (EPA y DHA) fueron 45 por ciento menos propensos a fallecer de una muerte cardíaca súbita, tuvieron una reducción de 20 por ciento en la incidencia de las enfermedades cardiovasculares y fueron 15 por ciento menos propensos a fallecer de cualquier causa. 

Asimismo, un estudio del año 2017 publicado en Atherosclerosis mostró que los niveles altos de ácidos grasos omega 3 en la sangre podían reducir la probabilidad de fallecer por una enfermedad cardíaca, la principal causa de muerte en el mundo, en 30 por ciento. Solo esto podría salvar millones de vidas cada año. 

Por último, un metaanálisis del año 2021 publicado en Mayo Clinic Proceedings evaluó los efectos del uso de suplementos de EPA/DHA en los sujetos de prueba. En total, los investigadores incluyeron 40 estudios científicos en su análisis. En total, se incluyeron a 135 267 sujetos, brindándole al estudio mucha solidez. Los resultados mostraron que el uso de suplementos estaba asociado con los siguientes beneficios:

  • 10 % de reducción en las enfermedades coronarias (CHD)
  • 13 % de reducción en los ataques cardíacos no mortales (MI)
  • 35 % de reducción en los ataques cardíacos mortales
  • No se observaron efectos en la angina de pecho, apoplejías, insuficiencia cardíaca y enfermedad arterial periférica

Los investigadores llegaron a la conclusión de que el uso de suplementos con EPA y DHA (ácidos grasos omega 3) es una efectiva estrategia de estilo de vida para la prevención de las enfermedades cardíacas. Ellos también indicaron que el efecto protector probablemente se incrementa con una dosis de ácidos grasos omega 3. 

Los omega 3 y un nivel alto de triglicéridos

Los niveles altos de triglicéridos, o grasas que circulan en la sangre, son un conocido factor de riesgo para las enfermedades cardíacas. Los triglicéridos son usualmente reportados cuando un médico ordena una prueba integral de colesterol en sangre. Aquellos con resistencia a la insulina, prediabetes o diabetes corren un mayor riesgo de tener un nivel elevado de triglicéridos. Además, aquellos que tienen sobrepeso o que consumen muchos alimentos procesados son más propensos a tener niveles elevados de triglicéridos al momento de la medición. Por consiguiente, reducir los niveles de triglicéridos en sangre es fundamental para mantenerse saludable. Si bien una dieta saludable y el ejercicio regular pueden tener un rol importante, los suplementos también pueden ser útiles. 

Por ejemplo, un estudio del año 2016 en Lipids in Health and Disease concluyó que los ácidos grasos omega 3 son útiles para reducir los triglicéridos. Yo también he observado esto en mi consultorio privado. Habitualmente recomiendo suplementos de aceite de pescado a los pacientes con niveles elevados de triglicéridos. A lo largo de los últimos 15 años, he visto excelentes resultados. En la mayoría de los casos, podemos evitar recetar medicamentos. Cada vez más médicos confían en el aceite de pescado con omega 3 para ayudar a reducir los triglicéridos en vez de fármacos.

Asimismo, en un estudio del año 2017 publicado en Atherosclerosis, donde se estudió a 1378 personas, también se observó que el consumo de pescados grasos ayudó a reducir los triglicéridos a la vez que aumentaba los niveles de HDL (colesterol bueno), dos importantes marcadores biológicos para las enfermedades cardiovasculares.

La mayoría de las personas necesita alrededor de 4000 mg de aceite de pescado por día para ayudar a reducir sus niveles de triglicéridos. Para algunos, el aceite de krill también podría ser una alternativa apropiada. 

Los omega 3 y la presión arterial

La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es una afección común que requiere que el corazón bombee con más fuerza de la deseada debido a un incremento en la presión y rigidez de las arterias. La presión arterial alta afecta a cientos de millones de personas en todo el mundo.

Esta afección a menudo no causa síntomas, dejando a muchas personas con presión arterial alta sin diagnóstico por años. Por este motivo, la hipertensión ha sido llamada “la asesina silenciosa”. Se sabe que la presión arterial alta incrementa el riesgo de sufrir ataques cardíacos, apoplejías, insuficiencia cardíaca y enfermedades renales, especialmente si no se trata. 

Las lecturas de la presión arterial están compuestas de dos números, típicamente medidos en milímetros de mercurio (mmHg). El primer número es la presión arterial sistólica y el segundo es la presión diastólica. La presión arterial se expresa como 120/80 (sistólica/diastólica). 

  • Presión arterial sistólica: la presión que ejerce su corazón sobre sus arterias al bombear.
  • Presión arterial diastólica: la presión en las arterias cuando el corazón esta en reposo. 

La mayoría de los médicos considera que una lectura de presión arterial sobre 140/90 es elevada y que posiblemente necesita tratamiento.

¿Qué causa la hipertensión?

Existen muchas causas de hipertensión, incluyendo la falta de actividad física, la dieta deficiente, el sobrepeso, la obesidad, la resistencia a la insulina, la prediabetes, la diabetes, las enfermedades renales o posiblemente incluso la genética. Además, la presión arterial alta también puede ocurrir como consecuencia del envejecimiento. 

La buena noticia es que los ácidos grasos esenciales pueden ayudar. Un ensayo controlado y aleatorizado del 2009 publicado en la revista Journal of Hypertension mostró que los suplementos de ácidos grasos omega 3 podían ayudar a reducir la presión arterial cuando se tomaban en dosis de 4 gramos (4000 mg) por día. 

Asimismo, un estudio del año 2014 publicado en American Journal of Hypertension mostró que el DHA/EPA redujo la presión arterial sistólica y cuando se tomó más de 2 gramos (2000 mg) por día y también se redujo la presión arterial diastólica (número inferior). En total, se evaluaron 70 ensayos controlados en este estudio integral. Además, un estudio del año 2016 publicado en Journal of Nutrition mostró que el consumo de aceite de pescado a una dosis tan baja como 700 mg al día podía ayudar a reducir la presión arterial de una manera significativa. 

Más recientemente, un estudio del año 2018 evaluó a 2036 adultos saludables entre las edades de 25 a 41 años. Los investigadores llegaron a la conclusión de que aquellos con niveles más altos de omega 3 en su sangre tenían menor presión arterial en comparación con aquellos que tenían los niveles más bajos. Los investigadores también indicaron que las dietas ricas en ácidos grasos omega 3 podrían ser una estrategia útil para ayudar a prevenir el desarrollo de presión arterial alta. 

A pesar de la evidencia citada anteriormente, un pequeño estudio del año 2019 descubrió que los ácidos grasos omega 3 no tenían efecto sobre la presión arterial alta. Sin embargo, no hubo evidencia de algún daño. En lo personal, he visto resultados beneficiosos en mi propio consultorio médico.

‌‌‌‌Recomendaciones de omega 3

La mayoría de las personas que usan suplementos toman entre 500 mg hasta 4000 mg por día de aceite de pescado. Si toma una dosis mayor, considere tomar la mitad en la mañana y la otra mitad en la noche. También existen alternativas veganas de ácidos grasos EPA/DHA disponibles. Los ácidos grasos omega 3 están disponibles en cápsulas, líquido y gomitas. Asimismo, es importante señalar que el aceite de krill también podría ser una alternativa apropiada para aquellos que no toleran los suplementos de aceite de pescado. 

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